No trataba de crear problemas, solo de echarlos a un lado, pero siempre tropezaba con ellos.
Abandonó la sensación cerrando los ojos, dejando de analizar su vida, que no era otra cosa que su vida, por supuesto, no era perfecta, tampoco la necesitaba.
Sabía que cuando volviera a la realidad tendría que enfrentarse de nuevo a esa piedra cada vez mayor en su camino, sin embargo, ya se había dado cuenta; lucharía, le haría frente para vencerle o al menos intentar ganar una parte de la batalla y satisfacer así su conciencia.
No iba a ser fácil, nada que merezca la pena lo es, por eso... abrió sus ojos, el hilo de la conversación regresó a sus oídos, pero no tan nítido como antes, no tan envenenado que le zumbaban y mareaban... estaba aprendiendo, iba a ser libre.
Observó y sonrió como nunca. Ahí iba su muro y arsenal. Lo demás, el tiempo lo diría... Saboreó sus labios, ya era ella misma.
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