martes, 11 de marzo de 2014

Las nubes no son de algodón

Hola, por si no lo sabéis, soy la autora de Antes de Medianoche y Las nubes no son de algodón.


Y hoy tengo el gusto de dejaros leer un trocito de ésta última que el día 14 de marzo hará un mes que estará a la venta en amazon, y la cual, ya ha llegado al top cien de los más vendido en kindle.

Os dejo que este fragmento de uno de los capitulos, es de romance paranormal. Es una de mis partes favoritas, espero que os guste.

Saludos, Aurora Salas.


"... Tomás rió.
— Es un poquito de salsa de Ximénez para el lomo, estoy cociendo las verduras con él, le da muy buen gusto. Mientras te aseas, estará listito para que te lo comas.— habló divertido el cocinero.
Encarni sonrió. Lina se asomó a la olla para curiosear. Tomás la paró rápidamente tapando la cacerola, haciendo que la chica diese un salto hacia atrás y pusiera cara de pocos amigos. El cocinero, con el dedo índice haciéndole el gesto negativo la regañó.
— No, no, no… Lina mala, no me vayas a echar a perder la verdura.
— Sólo estaba oliéndola.— se defendió la muchacha refunfuñando.
— No se puede destapar hasta después de media hora, es esencial para atrapar el sabor de la salsa.
— Oh, vamos Tomás, es que huele tan bien.
Tomás puso los brazos en jarra cogiendo un cucharon.
— No, Linita, no, cuando acabe. Mira que eres impacientita, ¿eh? Vete a hacer alguito por ahí, que seguro que lo encuentras. 
— Jo, cómo eres…— se quejó infantilmente.
Encarni rió ante la escena, se despidió saliendo de la cocina; subió las escaleras hacia su habitación. En el pasillo, un olor a aftershave la sorprendió, cerró los ojos sin darse cuenta.
— ¿Encarni? ¿Qué haces aquí?
Abrió los ojos extrañada, quedándose muda al instante sin saber qué decir.
Cristian la miraba asombrado con una toalla alrededor de la cintura, se notaba que acababa de afeitarse y darse un buen baño; todavía tenía algunas gotitas resbalando por su torso. Encarni tragó saliva recorriendo con la mirada una de esas gotas que se perdían en…
El muchacho se aproximó.
— Oye, ¿estás bien?— volvió a preguntarle.
¿Qué si estaba bien? Él estaba más que bien, eso seguro. Sacudió la cabeza.
— Lo siento… el cansancio debe haberme jugado una mala pasada…— se disculpó sin poder dejar de mirarlo.— Esto… yo también… tengo que pasar por la ducha.
— Ah, pues muy bien. Entonces, después de cenar, no veremos esa película juntos que tenía pensada, te dejaré que descanses.
Lo observó a la cara.
— ¿Qué película?
— El secreto de Thomas Crown, la ponen en televisión esta noche.— explicó.
— La veré.— dijo rápidamente.
Cristian sonrió, la tomó de la barbilla.
— ¿Seguro? ¿No te dormirás…?
— No me dormiré… creo…
Aproximó su rostro al de ella, el corazón de Encarni enloqueció instantáneamente.
— También podía distraerte para que no te duermas.— insinuó.
— Creo… que ya estoy bastante distraída…— habló anonadada.
Cristian rió soltándola. Encarni enrojeció comprendiendo lo que acababa de decir, se giró dispuesta a salir del cuarto, pero la puerta de la habitación se cerró de un portazo sin que nada la moviera. La muchacha dio un respingo.
— Tranquila, es el aire, he dejado la ventana abierta.— la tranquilizó él a sus espaldas, la tomó de la cintura, besó su cuello despacio.— Sabes salada…— susurró cerca de su oído.
Un escalofrío placentero se apoderó de la muchacha, dejándose caer sobre él.
— Cristian… estoy sudada… sucia del polvo…
— Puedo bañarme contigo después.— le contestó rodeándola, acechando a su boca, la besó suave, apretándola contra sí.
La invitación era realmente tentadora, pensó Encarni, y más aún en su habitación, con él poniéndole la carne de gallina con esos besos, y medio desnudo… Suspiró hondamente… Deseaba tanto aquello, pasear sus manos sobre sus pectorales y averiguar hasta donde habían llegado esas gotitas de agua… se sintió arder por dentro.
Cristian pasó sus manos por debajo de la camiseta de su camiseta, recorrió su cintura y subió por su espalda, dejó de besarla para llegar otra vez a su cuello y clavículas… sus dedos rozaron suavemente su pecho bajo la fina tela del sujetador, sus pezones se erizaron ante el contacto, haciendo que de sus labios escapara un pequeño gemido. Cerró los ojos dejándose abrasar por el fuego que sentía, atrapada en sus brazos.
— ¡Señorito Cristian! ¡Le llaman por teléfono!— se oyó la voz de Rosa desde el otro lado de la puerta.
El muchacho la dejó unos momentos para contestar.
— De acuerdo, iré enseguida.
— Muy bien, señorito.— dijo y sus pasos resonaron marchándose.
Encarni abrió los ojos con pereza, encontrándose con la mirada avasalladora de deseo de él, quedándose unos instantes así.
— Continuaré por donde lo hemos dejado.
— ¿Es otra promesa?
Él sonrió.
— Siempre cumplo mis promesas.
La soltó con suavidad, dándole la espalda y quitándose la toalla, donde Encarni acaparó toda su atención a lo que dejaba ver la prenda; Cristian abrió un cajón de su mesilla y sacó unos bóxers. Ella se dio la vuelta toda roja.
— Esto… voy a mi habitación… a prepararme para la cena…
Él sonrió tomando unos vaqueros oscuros.
— Te esperaré con impaciencia.— le respondió.
Encarni asintió sin mirarle y salió del cuarto, dirigiéndose al suyo a una velocidad que no había calculado. Cerró y se dejó caer en la puerta suspirando fuertemente; allí donde la había besado, allí donde la había tocado, allí donde la había rozado… todo le ardía.
— ¿Qué debo hacer?— preguntó al aire, sabiendo su propia respuesta."

¿Queréis saber más? Esto es un fragmento de "Las nubes no son de algodón" 


Os dejo el book-trailer:

Y estos son los enlaces donde podeis comprarla, tanto en amazon como en la casa del libro.
Buen día a tod@s, y graciassss!!!!

http://www.amazon.es/Las-nubes-no-son-algodon-ebook/dp/B00IGZW8CE/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1394401554&sr=8-1&keywords=las+nubes+no+son+de+algod%C3%B3n


http://www.casadellibro.com/ebook-las-nubes-no-son-de-algodon-ebook/9781495942846/2265706

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